enero 20, 2009

Breve e interesante lectura

Una excelente columna publicada en
el diario El Mercurio



Felipe Berríos

Sábado 10 de Enero de 2009

¿Te fue mal en la PSU?



Me imagino cómo te sientes.
Debes estar dándole vueltas a
qué hacer y frente a los otros
actúas como si no te importara.
Para los que te preguntan qué
harás, ya has prefabricado una
respuesta que opera en ellos
como un tranquilizante, pero
que a ti no te hace efecto
alguno.


Tus padres se habrán enojado y a partir de tus puntajes, como leyéndote la palma de la mano, te vaticinan un porvenir sin futuro. Te habrán sacado en cara a fulanito de tal que con más adversidades, esforzándose, le fue mejor que tú; o te han hecho sentir todo lo que se sacrificaron por ti para que pudieras dedicarte sólo a estudiar. Pero, de todo, lo que tal vez más te duele es percibir que ellos están asustados porque te quieren.

Quizás tengas unos padres que no te han dicho nada o han guardado un silencio de pésame. Tal vez te han animado y te han dicho que la PSU no es lo más importante en la vida y te han llenado de cariño. Pero al mismo tiempo los has notado preocupados, conversando sigilosamente entre ellos, o hablan por teléfono de ti cambiando disimuladamente la conversación cuando te acercas.


Ya se ha esparcido la noticia entre tus amigas y amigos. Son muy pocos los que te llaman. Otros te entusiasman con la misma carrera que antes habían descartado de plano estudiar y que ahora te la presentan como premio de consuelo. Los menos serán los amigos honestos que te hablarán con franqueza y compartirán tu incertidumbre.No sé qué te duele más, si el no poder compartir con tus amigos las alegrías y las anécdotas de la primera ida a inscribirse a la universidad, o el sentir que ahora las vidas comienzan a tomar rumbos distintos y que de alguna manera te vas quedando solo.

En lo secreto sacas cálculos una y otra vez para ver las diferentes ponderaciones dependiendo de las universidades. Parece una pesadilla que algunos puntos te dejen fuera del sistema. Te sientes la manzana que los censores de una correa transportadora de fruta arrojaron para el lado, por no cumplir los requisitos.


No quiero dorarte la píldora del fracaso para que así no sientas su amargura. No te consolaré diciéndote que hay cosas más importantes en la vida, ni que puedes dar la PSU de nuevo, ni menos el consuelo barato de decirte que a Einstein cuando era alumno le fue mal en matemáticas…

Sólo te diré que nos preparan para tener éxito, pero no nos enseñan a llorar y en la vida tarde o temprano se llora. Que has experimentado el primer fracaso de una serie que tendrás en tu existencia. Que no te morirás por ello ni se acabará el mundo. A lo más te dejará una cicatriz que te hará más humilde, sabio y humano. De seguro que saber esto no entraba en las materias que se estudian para la PSU y por eso muchos altos puntajes aún lo ignoran. Pero los que somos más viejos y tenemos muchas cicatrices en el cuerpo y en el alma hemos aprendido que en la vida existe un sólo fracaso que daña de verdad, pues te hace sordo al dolor ajeno y te deshumaniza. Ése es el fracaso de nunca haber experimentado el fracaso en la vida.


Vamos, levántate, sacúdete el polvo de tu abollado orgullo. El Caballero de los Espejos fue el que más duro golpeó al Quijote porque le hizo creer que en él se reflejaba toda su realidad, y era sólo una porción de ella. Mira adelante y agárrate del Señor, que transformó el fracaso de la cruz en nuestra victoria.

--------------------------------------

Posteado por:
Agustin Maldonado
11/01/2009 15:04
[ N° 8 ]
La columna de hoy es un texto de mucho valor

y debe exhibirse en los diarios murales de todos
los establecimientos del país.

Una acongojada persona le preguntó a un Maestro
espiritual el por qué sentía que la tristeza inundaba su vivir.

"La tristeza es triste porque te disgusta,
porque te gustaría no estar en ella. La tristeza es triste porque la rechazas.
Pero de gustarte, incluso la tristeza puede convertirse en una flor de tremenda belleza,
silencio y profundidad.
Nada está equivocado. Así es como debería ser; poder ser capaces de gustar disfrutar de todo lo que sucede, incluso de la tristeza. También la muerte debe ser amada; solo entonces podrás trascenderla.
Cuando llegue la tristeza, acéptala.
Escucha su canción. Es algo que te ofrece.
Tiene un regalo que ninguna felicidad puede ofrecerte, que solo puede darte la tristeza.
La felicidad siempre es superficial; la tristeza es siempre profunda. La felicidad es como una ola; la tristeza es como las profundidades de un mar. En la tristeza permaneces contigo mismo, solo. En la felicidad empiezas a tratar con gente y a compartir. En la tristeza cierras tus ojos y moras en lo profundo de ti mismo.Si puedes aceptar la tristeza entonces ella deja de serlo; la habrás dotado de una nueva cualidad. Habrás crecido a través de ella. Ahora no será una piedra, una roca que bloquea el camino; se habrá convertido en un escalón.
Y recuérdalo siempre: una persona que no ha conocido una tristeza profunda es una persona pobre. Nunca alcanzará la riqueza interior. Una persona que siempre ha vivido feliz, sonriente, superficial, no ha penetrado en el templo más profundo de su ser. Ha pasado por alto el santuario interior".

"Entidad encaminada a apoyar la labor educativa del establecimiento, aportando esfuerzos y recursos para favorecer el desarrollo integral de nuestros ALUMNOS". El Centro General de Padres y Apoderados, fue creado el año 1995, formado por las Directivas y Delegados de los Subcentros del Colegio(uno por cada curso), llevándose a cabo la elección del Primer Directorio General, elegido entre los presentes. Procedimiento aceptado por la Secretaría Ministerial de Educación.